1950
PROYECTO

Manizales, aunque pequeña comarca aún, ya ha dado muestras de su empuje e intrepidez, pues en su corta historia, cuenta con un ferrocarril que la une con otras capitales del país, carretera al Magdalena, dos campos de aterrizaje: Santágueda y La Nubia, tres universidades con muchas aspiraciones y metas a corto y mediano plazo: Nacional, de Caldas y Católica, varios teatros: Olympia Cumanday, Avenida y Caldas, hechos que la perfilan como ciudad cultural y universitaria, además de haber ostentado el cable más largo del mundo, que la unió con Mariquita en el Tolima y Villamaría, en Caldas.  Ni los incendios, ni los monumentales embates de los inviernos que cada tanto dan cuenta de barrios enteros, ni los devastadores terremotos, desalientan a dirigentes, comerciantes, empresarios; ellos, prosiguiendo con el legado de los mayores, quieren seguir posicionando a la bella del Cumanday, como emporio del conocimiento y la cultura.
1958
CONSTRUCCIÓN  

Don Pedro Uribe, alcalde de la época y Don Fabio Henao Londoño, gerente de la Lotería de Manizales, formulan una propuesta a la Junta de la Beneficencia, para que en un lote, propiedad de esta institución y ubicado frente al Parque cuyo nombre es un homenaje a los primeros pobladores de la región, se construya un gran teatro que sea orgullo de manizaleños y caldenses.

Como es lógico, cuando se acometen nuevas empresas, no faltan los contradictores, sin embargo, el ambicioso plan es aprobado y se comienza la consecución de los dineros que habrían de ser destinados para la construcción de la magna obra, la que tendría que ser al decir de Henao Londoño: “…un gran teatro que no fuera propiamente una sala de cine, sino algo extraordinario, colosal, aprovechando el marcado interés de los manizaleños por las manifestaciones culturales y del espíritu. Personajes nacionales e internacionales, intervienen en la construcción del gran teatro: en la interventoría el ingeniero manizaleño, Alberto Montes Sáenz; cálculos estructurales, el italiano Doménico Parma; la obra blanca, Agustín Villegas; la parte mecánica de la tramoya y los mecanismos para accionar el escenario giratorio, el elevador del piano y el ascensor del foso de la orquesta, a cargo del alemán Wolgang Hannamann; las instalaciones eléctricas y la consola de iluminación, obra del belga Paul Parent, entre otros.

Y como lo pronosticaron sus creadores, Manizales entonces, ya contaba con él, según técnicos, artistas y conocedores, teatro más moderno de toda América, de ello daban cuenta sus mil trescientas butacas, 66 reflectores, escenario giratorio, fosos móviles, sala de ensayos, salones de exposiciones y salas de conferencias.

1965
INAUGURACIÓN
La inauguración por supuesto tenía que estar acorde con el magnífico teatro, por ello la programación duró 10 días, del 22 y al 31 de octubre de 1965. Entre los invitados estuvieron el Ballet de Delia Zapata, el Ballet de Bellas Artes de Cali, el Grupo de Teatro de Bernardo Romero Lozano, la Banda del Conservatorio de Música de Manizales y la Orquesta de Cámara de Estocolmo. La primera película proyectada fue Cleopatra, la cual fue recibida con honores en el aeropuerto La Nubia.  Pero contrario a los usos que se le debían dar al recinto, en los primeros años, los dos últimos pisos, fueron acondicionados como apartamentos, los cuales estuvieron arrendados por dos familias. Durante muchos lustros el sótano estuvo ocupado por una bolera, que era dirigida por Jairo Ocampo; en el tercer piso en primera instancia funcionó el grill Katay y posteriormente y por mucho tiempo, el grill Fundadores.  Años después, por petición de algunos manizaleños se cierra el grill y más adelante la bolera y en este espacio se acondiciona una sala de exposiciones, la cual se mantiene.
1968

FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO

En 1968, es inaugurado el primer Festival de Teatro Universitario de América Latina, fiesta teatral en la cual se empezaron a dar cita los grupos más representativos de Latinoamérica y lo más granado de su cultura como Pablo Neruda, Miguel ángel Asturias, Mario Vargas Llosa, ocupan palco especial en este recinto.

Al respecto retomemos lo que escribe intelectual chileno Sergio Vodanovic, quien participó del II Festival Latinoamericano de Teatro, realizado en 1969: “… No me cabe duda. Esta gente de Manizales es loca. Y con locura pertinaz. Los síntomas son variados y reincidentes. Veamos: Primero está la locura histórica de haber fundado a Manizales ahí, donde está. Si los fundadores hubiesen sido poetas o pintores, se comprendería. Pero es sabido que los españoles que llegaron a conquistar América eran gente cuerda y sencilla. Las ciudades las establecían siempre a la orilla de un río, o en el corazón de Colombia, en medio de montañas y rodeada por ellas.

Grandes exponentes musicales y teatrales han  pasado por las salas de este  mago teatro, Johnny Albino y su trio San Juan- Montecristo, Los Cuyos, Fausto, Carmina Burana, Barrio Ballet, Claudia de Colombia, Carmenza Duque, Ballet de la India, Yango. Roberto Ledesma, Berenice Chavez, Yaco Monti, Carlos Julio Ramírez, Antología de la Zarzuela española de José Tamayo, Les Luthiers,  Leo Marini, Orquesta Sinfónica de Colombia, Mercedes Sossa, Alfredo Sadel, Franco de Vita, Rocío Durcal, José Luis Perales, Raphael, Sandro, Sarita Montiel, Daniel Santos, Leo Dan, Ángela Carrasco, Leonardo Fabio, Los hermanos Arriagada, Los Chalchaleros, Joan Manuel Serrat, Carlos Donoso, Música de Cámara de la República Popular China, Alberto Cortez, Los Visconti, La Negra Grande de Colombia, Grupo Génesis, Atahualpa Yupanki